La Verdad Sin Malicia
Santo Domingo, R.D.- Durante el esperado «Viernes Negro», numerosos ciudadanos expresaron su descontento tras visitar diferentes establecimientos comerciales en el país. En entrevistas realizadas por este medio, varios compradores señalaron que la promoción del evento como una oportunidad de obtener grandes descuentos es, en muchos casos, una estrategia de marketing engañosa.
Los testimonios recopilados reflejan una decepción generalizada. Algunos consumidores informaron que los precios de los productos son exactamente los mismos que hace un mes, lo que les llevó a retirarse de las tiendas con las manos vacías. Otros denunciaron que ciertos establecimientos inflan los precios días antes del evento para luego aplicar supuestos «descuentos» que, en realidad, dejan los productos al mismo costo o incluso más caros que su precio habitual.
«Esto es un fraude. Vine buscando un televisor que había visto hace dos semanas y el precio es el mismo, pero con un letrero llamativo que dice ‘Oferta’. Es una burla al consumidor», expresó una de las personas entrevistadas.
Por otro lado, algunos compradores manifestaron que el «Viernes Negro» en República Dominicana no cumple con los estándares internacionales del evento, donde las rebajas suelen ser significativas y reales. «Esto no es más que una publicidad engañosa. Nos hacen creer que ahorraremos dinero, pero todo está maquillado para que gastemos más», comentó otro ciudadano.
El Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor) ha advertido en reiteradas ocasiones sobre este tipo de prácticas y ha instado a los compradores a comparar precios con anticipación y exigir transparencia en las ofertas. Sin embargo, la percepción de que el «Viernes Negro» se ha convertido en un espejismo comercial sigue creciendo entre la población.
Este fenómeno plantea un desafío para las autoridades encargadas de regular el comercio, ya que los consumidores demandan mayor vigilancia y sanciones a las tiendas que incurran en estas prácticas. Por el momento, el descontento generalizado pone en entredicho la credibilidad del evento y evidencia la necesidad de proteger los derechos de los compradores dominicanos.
¿Es el «Viernes Negro» una oportunidad de ahorro o un truco publicitario? Para muchos ciudadanos, la respuesta parece clara.